Sostuvo a un pequeño pulpo para hacer un video sin saber que su veneno podía matarlo en cuestión de minutos


Un turista británico nunca imaginó que el pequeño pulpo que sostenía para hacer un video para sus redes sociales era capaz de matarlo en cuestión de minutos.

Andy McConnell (@decanterman) compartió un video en Instagram en donde relata su experiencia al sostener un pulpo de anillos azules, una especie cuyo veneno es 1.000 veces peor que el cianuro. “Mi encuentro cercano con la muerte”, lo tituló.

“Explorar el mundo solo, a 11.000 km de casa, implica inevitablemente correr riesgos”, comienza el epígrafe, y sigue: “Pero nada tan extremo como mi aparente roce con la muerte de ayer, que fue involuntario y del que no me di cuenta hasta que publiqué sobre ello”.

McConnell cuenta que estaba dando su paseo matutino por la playa cuando vio a un grupo de niños animados y les preguntó qué hacían. Le dijeron que habían atrapado a un “pulpo bebé” y que se lo estaban pasando entre ellos.

“Me filmé imitando sus acciones antes de devolverlo a quien lo encontró, quien lo colocó en su hogar temporal, el caparazón de un erizo de mar”, continúa. “Publiqué sobre ello anoche, pero permanecí ajeno al peligro que me había encontrado. Eso fue hasta hoy, cuando noté la atención que estaba generando en Instagram. ¡Acaba de superar las 500.000 visitas!”.

Resulta que era un pulpo de anillos azules, instantáneamente reconocible para los australianos y otros como el primer, segundo o tercer animal más venenoso del mundo!”, exclama McConnell.

“Mi única experiencia previa con algo remotamente similar fue el año pasado, cuando un bagre me picó con una lanza en la misma playa, ¡y después desarrollé mi propio palito de pescado!”, finaliza.

En el video original, McConnell había escrito: “Hoy en la playa… Un pulpo bebé capturado por una pandilla de niños de la playa local”.

El pulpo de anillos azules (género Hapalochlaena) es un animal llamativo que habita las aguas poco profundas del Indo-Pacífico, especialmente en arrecifes y pozas de marea de Australia, Indonesia y Filipinas.

Mide apenas entre 12 y 20 centímetros, pero su aspecto lo vuelve inconfundible: un cuerpo amarillento o beige cubierto de anillos iridiscentes de color azul eléctrico que pueden intensificarse cuando el animal se siente amenazado.

Generalmente es tímido y solitario, pasa gran parte del tiempo oculto entre rocas o conchas y solo muestra su espectacular coloración como advertencia.

Su fama mundial se debe a que es uno de los animales marinos más venenosos del planeta. El pulpo de anillos azules produce tetrodotoxina, una neurotoxina extremadamente potente, la misma que se encuentra en el pez globo. Se dice que es 1.000 veces más fuerte que el cianuro.

Esta sustancia no la fabrica por sí mismo, sino que la obtiene a través de bacterias simbióticas que viven en sus glándulas salivales. La toxina actúa bloqueando los canales de sodio en las neuronas, lo que impide la transmisión de los impulsos nerviosos y provoca una parálisis rápida.

Lo más peligroso de su veneno es que no existe un antídoto específico. Una sola mordida puede ser suficiente para causar parálisis muscular, insuficiencia respiratoria y, en casos graves, la muerte en humanos en pocos minutos si no se recibe asistencia inmediata.

Paradójicamente, el pulpo de anillos azules no es agresivo y solo muerde al ser manipulado o pisado accidentalmente.

Fuente: www.clarin.com

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